En materia de uñas, la
tendencia parece ser los esmaltes efecto uñas gelificadas, pero sin
todo el proceso que ésto implica. Como es de esperar, Sally Hansen
fue de los primeros en incorporar esta tendencia en su línea Miracle
Gel, que promete un acabado de uñas gelificadas en sólo dos pasos,
sin necesidad de lámpara y con una duración de hasta dos semanas.
Suena muy prometedor, pero, ¿cumple?
Los dos pasos se componen
del esmalte de color (en Argentina contamos con 16 tonos para elegir)
y luego el top coat específico de la línea. De acuerdo a las
instrucciones hay que aplicar dos manos del color (Etapa 1) sin
ninguna base previa y luego una capa del Miracle Gel Top Coat (Etapa
2). Como mi debilidad son los tonos rosas pálidos, opté por el
color Crème de la Crème.
Siguiendo las
instrucciones, en la foto anterior pueden ver como luce el color
apenas aplicado. La restricción de utilizar sólo dos capas es a mi
entender un punto en contra, especialmente en este tipo de tonos
pastel claros, que suelen requerir tres capas para quedar uniformes.
Si se fijan en la imagen la aplicación en los dedos índice y mayor
no es del todo pareja, y hubiera requerido una tercer capa. Una de
las características de las uñas gelificadas es el alto brillo. Sin
embargo, el top coat de esta línea no me aportó ese acabado tan
característico. Pasemos a analizar otra de las características de
las uñas gelificadas y una de las promesas de la línea: la
duración.
Pueden ver en la imagen
anterior como tan sólo 24 horas después de aplicado el esmalte ya
comenzó a desgastarse y saltarse especialmente en el dedo índice.
48 horas después la
situación ya se salió completamente de control. En los dedos índice
y el mayor el saltado ya es ofensivo y en el resto de las uñas ya se
nota el deterioro del esmalte. Y hasta aquí llegó este relevamiento
de uso porque obviamente, luego de sacar las fotos correspodientes,
procedí a retirar el esmalte.
La primera vez que
utilicé el esmalte no había leído las instrucciones (¿quién lee
las instrucciones del esmalte?) y utilicé tres capas. El acabado fue
mucho más uniforme y sorprendentemente, la duración fue mejor.
Pueden ver en la próxima imagen que el esmalte
no se saltó en las tres primeros días de uso, aunque el desgaste y
la formación de grietas ya es muy notorio.
Al cuarto día, en
cambio, ya el esmalte comenzó a saltarse, especialmente en el dedo
mayor.
Probé también
utilizarlo con una base protectora, y los resultados fueron similares
a los anteriores.
Había escuchado críticas
encontradas de estos esmaltes por lo que decidí probarlos yo misma
(no me iba a quedar con la duda, ¿no?). Tal vez haya diferencias
entre los diferentes colores de la colección porque los diferentes
tonos requieren diferentes formulaciones, pero a juzgar por mi
experiencia con este tono en particular, en esta línea Sally Hansen
me falló.
¿Probaron algún esmalte de esta línea? ¿Cuál fue su experiencia?